Artista porque escribo, compongo y canto mis propias canciones. Artesana porque trabajo con mis manos y me paseo de tiempo en tiempo por cuanta técnica manual exista de creación de objetos únicos: aprendí tricot a los cuatro años, primeros nudos de macramé a los seis; costura a mano y bordado a los nueve, crochet a los trece, alambrismo y bijouterie a los dieciocho.
¡Y ya no pude parar!
Descubrí cosas fascinantes como el trabajo en cuero, los mandalas tridimensionales, el telar, los cordones en disco kumihimo, la fabulosa malla inglesa, y demás puntos en argollas, como el persa, escamado o bizantino.
Soy una rebelde nata, por eso mi único título académico es de modista. Como último logro, puedo mencionar que estudié fotografía sólo para hacerle buenas tomas a mis artesanías.
También he reciclado cartón y latas de cerveza para fabricarle autitos a mi hijo con ruedas de tapitas de gaseosa.
En ese camino afanoso, autididacta, de querer seguir aprendiendo, un día tropecé con los amigurumis y mi vida cambió para siempre. Nunca más volvió a ser la misma.
Quizás suene exagerado, pero no lo es. Gracias a un encargo de amigurumi, y el desaire de una posible clienta que rehúso a pagar el precio que pedí por él, inicié esta senda de dar a conocer mi trabajo a través de las redes, aprendiendo de manera intensiva, -y a veces a los tropezones- a emprender, a perfeccionar mi técnica tejedora, a diseñar mis propios muñecos, a administrar mi tiempo, a iniciar la escritura de mi primer libro, y muchísimas cosas más, sólo para probarme a mí misma mi valor, y cuánto soy capaz de brindar al mundo.
Soy mamá de Ian y esposa de Rafael, mis hombres amados, mis pilares fundamentales.
Gracias al apoyo incondicional de mi marido, que supo ver en mí la semilla artística que quería germinar y crecer, soy capaz de llevar adelante mi pequeña empresa de una sola empleada y gestionar las interminables tareas de producción, edición, información y demás menesteres de la creación de trabajos artesanales y mantenimiento de blogs y redes sociales.
Y por sobretodo, soy una gran apasionada de todo lo que hago. Vehemente, verborrágica, loca entusiasta. Creo firmemente que la chispa divina se expresa a través de la creatividad y la pasión. Me sería imposible hacer nada si no sintiera el fuego del amor crepitando en el centro de mi pecho.
La energía más poderosa del universo: es es la que me mueve, conmueve, dirige y guía mis pasos.
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